ECONOMÍA MUNDIAL DEL SECTOR PESQUERO
Se observa una desaceleración del crecimiento en el comercio internacional de productos pesqueros mientras la incertidumbre domina
Se estima que la producción mundial de pescado aumentó un 2,1% a 178,8 millones de toneladas en 2018. El sector acuícola continúa impulsando el crecimiento de la producción mundial, con un aumento esperado para la mayoría de las principales especies acuícolas, lo que representa un incremento total de 4% en 2018. La producción de captura creció levemente en términos interanuales, con buenas capturas de anchoveta que compensan la oferta extremadamente reducida de cefalópodos, y capturas más bajas de caballa y múltiples especies de demersales. Un nuevo año de crecimiento económico, moderado pero positivo, continúa impulsando incrementos en el consumo de pescado a nivel mundial, con un promedio estimado de 20,7 kg per cápita en 2018.
El año pasado estuvo marcado por las tensiones comerciales entre China y los Estados Unidos de América, y muchos otros sucesos de incertidumbre económica, incluidas las negociaciones del "Brexit". Todo esto podría repercutir en la industria pesquera. Sin embargo, se estima que el comercio mundial de productos pesqueros creció alrededor de un 7% en términos de USD en 2018, ayudado en primer lugar por un dólar estadounidense más débil, pero también por los precios altos del pescado en todo el mundo. Sin embargo, en términos de volumen, el crecimiento total de las exportaciones en 2018 fue casi invariable, contrastando notablemente con el incremento de 3,9% del comercio mundial de mercancías estimado por la Organización Mundial de Comercio (OMC), y también con la tasa de crecimiento de la producción en general. Esto sugiere que una proporción cada vez mayor de la producción, particularmente de acuicultura en los países en desarrollo, se consume a nivel nacional. Esta tendencia refleja el fortalecimiento de la demanda de la creciente clase media urbanizada en los países productores para especies de cultivo que tradicionalmente se habrían destinado a los mercados de exportación en las economías desarrolladas.
El Índice de Precios de Productos Pesqueros de la FAO alcanzó niveles récord en marzo de 2018, impulsado por las mayores brechas entre oferta y demanda de varias especies clave, incluyendo cefalópodos, bivalvos, pangasius, salmón y algunos demersales. Las capturas de pulpo y calamar fueron pobres mundialmente, mientras que la menor producción de bacalao del Pacífico y del Atlántico es el factor principal detrás de la disminución en la oferta de pescado blanco silvestre. Inevitablemente, los precios más altos se dan cuando una fuerte demanda interactúa con una oferta estable o decreciente. Los precios para las especies acuícolas han sido más estables, pero igual se observan aumentos donde las restricciones reglamentarias, tecnológicas y físicas disminuyen el ritmo de expansión de la producción hasta el punto en que se ve superada por el crecimiento de la demanda.
Estados Unidos de América es el único mercado importante que registraría una disminución en las importaciones totales en términos de valor en 2018, como consecuencia de un dólar más débil y la "guerra comercial" con China, que provocó la introducción de nuevos aranceles e impactó en el comercio, particularmente en la segunda mitad del año. En la Unión Europea, el crecimiento de las importaciones se aceleró en 2018, en parte debido a los cambios de moneda, pero también por la sólida demanda subyacente en las principales economías. Japón registró un crecimiento lento de las importaciones de productos pesqueros a medida que los indicadores económicos se debilitaban, dejando a China (incluida la RAE de Hong Kong y la Provincia china de Taiwán) como el líder del crecimiento del mercado asiático en 2018. China también observó un aumento en los ingresos por exportaciones, gracias a la fuerte demanda regional, mientras que Noruega sigue teniendo buenas ventas en sus principales mercados de la Unión Europea. En general, la mayoría de los productores de cefalópodos, pescado blanco y salmón lograron buenos resultados debido a los niveles de precios elevados, mientras que Viet Nam e Indonesia también se beneficiaron del aumento de las cosechas de camarón.
En la Unión Europea, con el “teóricamente inminente” Brexit, todavía hay varios resultados posibles. El escenario de "no acuerdo" podría causar daños significativos a muchas industrias exportadoras británicas, incluido el sector acuícola del salmón escocés, mientras que los proveedores de productos pesqueros al Reino Unido, como Noruega, podrían estar sujetos a aranceles de hasta un 20 %, así como a trámites burocráticos fronterizos adicionales. Un resultado sin acuerdo implicaría cambios en las normas sobre los derechos de acceso de las pesquerías británicas, ya que los británicos no seguirían sujetos a los dictámenes de la Política Pesquera Común de la Unión Europea. Se podría restringir los derechos de las flotas nacionales europeas para pescar en aguas británicas.
En otras partes, la demora del incremento de aranceles en las importaciones chinas a los Estados Unidos de América hasta marzo de 2019 debería dar un impulso temporal a esta importante ruta comercial de productos pesqueros durante el primer trimestre de 2019, aunque al mismo tiempo algunos importadores que han realizado sobrecompras pueden estar ahora en una posición vulnerable. La combinación de estas incertidumbres con el aumento generalizado de las tasas de interés y la desaceleración del crecimiento del comercio internacional probablemente frene la demanda en 2019. Parece haber poco margen para el incremento de la oferta de muchas especies importantes y esto mantendría los precios de los productos pesqueros relativamente altos. El ajustado equilibrio entre la oferta y la demanda es un motor cada vez más importante detrás de los diversos desarrollos tecnológicos acuícolas, que van desde sistemas de manejo de enfermedades y soluciones de alimentación más efectivas hasta métodos de cultivo completamente nuevos.
